sábado, 19 de diciembre de 2015

Dios Salva a Moisés

José y  sus hermanos murieron. Sus hijos y nietos, los israelitas, vivían  en Egipto. Allí se convirtieron en un gran pueblo. Transcurrió mucho tiempo. Reinaba en Egipto un nuevo Faraón. No sabía en absoluto la ayuda que José había prestado  Egipto en aquella época de intensa hambre. Tenía miedo de los israelitas y dijo: Son fuertes. Tienen muchos hijos. Pronto serán más numerosos que nosotros los egipcios. Pero yo lo impediré. En primer lugar, aquel Faraón obligó a los israelitas a realizar trabajos forzados. Tenían que construir ciudades. Además, el Faraón ordenó que todos los hijos recién nacidos de los israelitas. Si eran varones, fuesen ahogados en el Nilo. No habiendo ya hijos varones el pueblo israelita se extinguiría. 

Había una madre que quería salvar a su niño pequeñito. Primero lo ocultó en casa. Al cabo de tres meses, no pudo seguir ya ocultándolo en ella. Tejió una canasta de mimbre. La embadurnó bien  de barro y betún  para que flotara y no entrase el agua. Luego colocó en ella a la criatura y depositó la canasta entre los juncos, a la orilla del Nilo. Miriam, hermana del niño, se quedó a cierta distancia para ver lo  que sucedía con la canasta.

Llegó al Nilo la hija del Faraón. Quería bañarse en el río. Descubrió la canasta abandonada a la orilla y mandó  recogerla. Vio en ella al niño, y tuvo compasión del pequeñín. Miriam salió de su escondite y preguntó: ¿Quieres que busque una mujer para que lo críe? La hija del Faraón dijo: Sí, hazlo. Miriam fue a buscar a la madre del niño. La hija del rey se lo confió para que lo cuídese. Le puso por nombre Moisés.

Moisés fue creciendo y Vivía en el palacio. Fue educado como egipcio. Pero no olvidó jamás que pertenecía a aquel pueblo al que se sometía a duros trabajos de esclavitud. Vio una vez cómo un egipcio maltrataba a un israelita. Moisés se puso furioso y mató al egipcio. Tuvo entonces que huir. Fue al país de Madián y trabajó como pastor en casa del sacerdote Jetró. (Ex 1-2)


                                                           Figura 1: Dios Salva a Moisés   Fuente: Internet

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