domingo, 20 de diciembre de 2015

Reglas de conducta

Escucha, pueblo de Israel: El señor es tu Dios, el señor y nadie más. Por es, lo amarás con todo tu corazón, con todo tu alma y con todas tus fuerzas (Dt 6, 4-5).

Cuando asedies una cuidad, no destruirás sus árboles a hachazos. Come de los frutos de los árboles, pero no tales el arbolado (Dt 20, 19).

No explotarás a la viuda ni al huérfano que no tienen a nadie. Si les haces daño y ellos claman a mí, yo estaré de su parte.

Si ves extraviado el buey o la oveja de tu hermano, no te desentiendas. Ve a devolvérselos a su dueño (Dt 22, 1).

Si   un  pobre   trabaja   para  ti,  no  lo hagas   esperar   su  jornal.  Págale  el  jornal  ese  mismo  día   (Dt 21, 14-15).

Cuando recojas las aceitunas de tu  olivar y cuando vendimies tus viñedos, no rebusques demasiado. Deja para los pobres las aceitunas y las uvas que queden (Dt 24, 20-24).

No oprimáis a los forasteros que vivan en vuestro país. Concededles los mismos derechos que vosotros tenéis. Amad a los forasteros como a vosotros mismos, y no olvidéis que también vosotros fuisteis forasteros en Egipto. Os lo digo yo, que soy el Señor, vuestro Dios (Lv 19, 33-34).

No insultes al sordo, que no puede defenderse. No pongas obstáculos en el camino del ciego para que tropiece (Lv 19, 14).


No odiarás a tu hermano en tu corazón. Reprende a tu prójimo, para que no seas tú también culpable de lo que  él hace. No seas tú también culpable de lo que él hace. No seas vengativo ni guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo (Lv 19, 17-15).


                                                        Figura 1: Reglas de conducta    Fuente: Internet

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