Dios había liberado a su pueblo
de la esclavitud de Egipto. Durante cuarenta años de peregrinación por el
desierto, los israelitas aprendieron a confiar en Dios. Aprendieron también a
convivir unos con otros.
Las mujeres y los hombres que
habían salido de Egipto con Moisés envejecieron y fueron muriendo en el
desierto. También Moisés envejeció. Se dio cuenta de que iba a morir pronto.
Entonces bendijo al pueblo.
Dijo:¡Qué dichoso eres, Israel!
¿Quién podrá compararse a ti, que eres un pueblo salvado por el Señor? Después subió Moisés a la cumbre del monte
Nebo. Desde allí, el Señor le mostró todo el país de Canaán, prometido por él a
su pueblo. Moisés murió en la frontera misma de ese país. Pues Dios le había
dicho: Haré que veas el país con tus
propios ojos. Pero no entrarás en él. Durante treinta días lloraron los
israelitas la muerte de Moisés (Dt 33-34).
Figura 1: La Muerte de Moisés Fuente: Internet
Figura 1: La Muerte de Moisés Fuente: Internet
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